... EL NAZARENITO ... parte I
“
PAM PAM PAM”
En
el silencio de la noche el sonido parecía petardos estallando …
El
convento de Santa Isabel, normalmente buceando en silencio, parecía
despertar abruptamente, pese a que el sol aún no había salido.
“PAM
PAM PAM”
La
segunda vez dos monjas salieron al mismo tiempo de sus habitaciones y
corrieron en dirección a la puerta.
---
Esperen!
La
voz enérgica de la madre superiora las hizo parar. Ella ya estaba
junto al portal.
---
Sé quien es, yo me ocupo.
Las
dos monjas hicieron una reverencia respetuosa y volvieron hacia
atrás.
La
superiora abrió entonces la gran puerta principal del convento.
---
Tranquilo. Qué pretende? Despertar a todo el convento?
Delante
suya un hombre alto, de hombros anchos contrastaba con una figura
minúscula que sujetaba por la mano, firmemente, pero con cariño.
---
Pasen.
Volvió
a cerrar la puerta. Les indicó una pequeña habitación con una mesa
… sin sillas …
---
Gracias por nos recibirnos. Perdone la hora, pero yo trabajo en la
terminal del ferrocarril … y empiezo muy pronto … no puedo llegar
tarde …
---
Vale, no importa. Entonces ese es el niño? --- le apartó la capucha
y pudo así verle la cara.
El
niño, visiblemente asustado, la miró fijamente.
---
Como te llamas, pequeño?
El
niño no contestó, fue el hombre el que lo hizo …
---
Tomás … le llamamos Tomasín.
---
Y que edad tienes, Tomasín?
El
niño la miró y sin abrir la boca estiró las dos manos con algunos
dedos abiertos … ocho en su total …
---
Como ya le he dicho, su madre … que Dios la tenga … se ha muerto
hace seis meses … yo … lo he intentado … pero no puedo … este
niño necesita más de lo que yo le puedo dar …
---
Vale, señor … cuidaremos de el … va al colegio?
El
hombre bajó la mirada …
---
No … yo estoy todo el día trabajando, llego tarde … salgo muy
pronto …
---
Y el niño se queda solo?
Sin
contestar el hombre hizo un movimiento afirmativo con la cabeza …
---
Bueno … usted descuide … Tomasín está ahora en muy buenas manos
… el Señor nos ayudará con el …
Hubo
unos segundos de gran silencio … después el hombre se arrodilló y
abrazó al niño …
---
Perdóname, hijo mío … es lo mejor para ti …
Gruesas
lágrimas le caían por la cara mientras el niño lo abrazaba sin
comprender verdaderamente lo que pasaba …
---
Gracias, hermana … gracias por todo …
De
un golpe se levantó y y salió sin mirar hacia atrás …
---
Ven Tomasín … te mostrare el convento …
Le
estiro la mano que el niño, con mucho miedo, cogió.
Así
entró Tomasín en el convento de Santa Isabel, en pleno casco
antiguo de Sevilla.
A
su padre jamas lo volvería a ver … pero la verdad es que se sentía
muy bien ahí …
Sentado
a la mesa enorme del gran refectorio … Tomasín comía, junto a las
monjas, en cuanto revivía el momento de su llegada … ya había
pasado todo un año … a su lado una pequeña vara que encontró en
el jardín y de la que nunca se separaba … un día su padre lo
llevó a la feria, el era muy chiquitito, pero lo que jamás
olvidaría era que habían entrado en una caseta en que estaba un
mago … ha visto cosas que jamas comprendería … pero se acordaba
que ese hombre tenía una pequeña vara … la que encontró era muy
parecida.
Ya
se había sentado innumerables veces en aquel gran salón … y ya
se había acostumbrado al silencio con que solían hacerse las
comidas …
Al
terminar se levantó, cuando todo el mundo lo hizo y se fue corriendo
a su habitación … tenía que coger unos cuadernos que la clase de
historia empezaría dentro de pocos minutos y la madre superiora no
admitía retrasos …
Le
gustaba aprender … historia era una de sus clases preferidas …
también le gustaba Lengua Española y catecismo … todo menos Latín
… eso no le gustaba … para nada …
Era
el único niño del convento, por eso las clases tenían un único
alumno … él …
---
Tomasín … hoy vamos conocer la historia de Francisco Garcia Tejero
… te suena el nombre?
---
Si señora. --- La afirmación dejó la monja profesora sorprendida …
---
Ah sí?!!!? --- se acercó --- y de donde conoces tú ese nombre?
---
En la iglesia, madre … en el suelo, junto al coro, hay una gran
piedra que tiene unas palabras escritas … no consigo leer todo,
pero puedo reconocer ese nombre … Francisco Garcia Tejero.
---
Muy bien, Tomasín … eres muy buen observador … --- la monja
estaba verdaderamente impresionada … ese niño era muy inteligente
y un excelente alumno.
---
Y sabes a quien pertenecía ese nombre?
---
No señora … eso no lo sé.
---
Pues te explico … D. Francisco, el padre Francisco, fue el
responsable de todo esto que tenemos aquí... --- delante de la
mirada sorprendida del niño continuó --- Nació cerca de Sória,
en 1825, vino a estudiar a Sevilla y aquí conoció su verdadera
vocación … el sacerdocio … tomó como su principal objetivo
ayudar las mujeres de mala vida y para eso fundó la Congregación de
"Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa", a la que
todos pertenecemos.
Tomasín
bebía las palabras de la profesora.
---
En 1868 estalla la revolución que destrona a Isabel II y él tiene
que huir de Sevilla. Pero vuelve poco después, clandestinamente,
para continuar con su obra. Esa piedra que tu has visto es su tumba.
Los
ojos del niño se abrieron de espanto …
---
Tumba ?!!!?
---
Si, Tomasín. El padre Francisco murió en finales de 1909 y fue
enterrado aquí.
El
niño seguía con mirada de sorpresa … había pisado la tumba de
alguien … y de alguien importante …
---
Una mujer, también muy creyente lo ayudó a edificar este convento …
se llamaba María de los Dolores Márquez y Oñoro … también ella
esta enterrada en el coro bajo, al lado del padre …
Otra
sorpresa para él … tenía que visitar de nuevo la iglesia del
convento … ahora la miraría de un modo mucho mas respetuoso …
---
Que pasa, Tomasín --- el niño, siempre muy atento, parecía ahora
un poco distraído.
---
Perdone, hermana … suena algo raro …
La
verdad es que se escuchaba a lo lejos una música, parecía una
orquesta …
Después
un momento de pausa, la monja sonrío …
---
Ven … subamos arriba … terminemos la clase por hoy.
Subieron
a la planta superior y se acercaron de la ventana … la música se
iba escuchando cada vez con más claridad … le encantaba aquella
melodía …
Al
mirar por la ventana volvió a poner aquellos ojos abiertos de
sorpresa.
Al
mirar por la ventana volvió a poner aquellos ojos abiertos de
sorpresa.
---
Sabes lo que es, Tomasín?
---
No señora.
---
El paso de los gitanos.
Un
cortejo impresionante … todos de túnica blanca, con botonadura de
color morado, capa blanca y antifaz de terciopelo morado, zapatos
negros, guantes blancos … y la música … le ponía los pelos de
punta …
Delante,
levantada por unos ocho hombres, la imagen de una virgen … muy
triste …
La
monja se dio cuenta del interés del niño por la imagen …
---
Es la Virgen de Las Angustias.
---
Y porque hacen esto?
---
Porque hoy es sábado santo, y las cofradías hacen sus pasos en
homenaje a la muerte de Cristo … es así todos los años …
---
Y que es necesario para poder ir en ese cortejo?
La
monja no pudo contener una sonrisa, le pasó la mano por la cabeza en
un gesto de cariño …
---
Tienes que ser mayor, Tomasín … aún eres muy jovencito …
---
Ya tengo nueve años. --- la afirmación salió con un porte altivo
…
---
Necesitas unos años más … tienes que tener paciencia … anda,
volvamos dentro, a la madre superiora no le gusta que pasemos mucho
tiempo a la ventana.
Al
regresar dentro Tomasín tomó una decisión … un día saldría con
el paso de la Cofradía de los Gitanos … un día se vestiría así
de blanco ...
( continuará ... )
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