lunes, 28 de enero de 2013

... LA MONJA DE SAN LAZARO ...















 

       A través del silencio de su despacho el Dr. Ramirez miraba unos informes clínicos que habían dejado en cima de su mesa.

         Eran las cinco de la mañana y le había tocado el turno de noche.

        Era médico anestesista del Hospital de San Lázaro desde hacia un año y ya estaba acostumbrado aquellas noches, que, normalmente, eran tranquilas y sin novedades.

      Por lo que podía ver, solo uno de los informes indicaba que el paciente tendría que ser intervenido … ahí entraba su labor …






       Las horas pasaban lentas … pero sobre las seis … de repente … todo parecía ganar vida.

         --- Dr. Ramirez … rápido … a la primera planta …

      Era una de las enfermeras que acababa de iniciar su horario de trabajo … ya la conocía de hacía meses …

     --- Qué pasa Rocío? --- caminaba rápidamente hacia ella, por el pasillo…

       --- Uno de los dos pacientes parece no reaccionar …

       --- Otro?!!! --- ya era el tercero en dos semanas …

    A enfermería de la primera planta estaba agitada … todos los enfermos querían hablar al mismo tiempo … era un grand salón … tendría unas 40 camas … 
 







      Todos apuntaban a una de las camas … el enfermo señalado parecía no moverse. Dr. Ramirez le puso dos dedos por sobre la carótida … no había indicios de pulsación … estaba muerto …

         --- Que lo saquen de aquí.

         --- Dr. … dr … qué le ha pasado?

        --- Lo siento … ha muerto … pero esto es un hospital … verdad? La gente puede morir …

       --- Ha sido la Aparecida …

       --- Vale … vale …






 

      La historia de la Aparecida ya no era nueva. Ya la había escuchado semanas atrás.

    En aquella misma enfermería se había muerto un enfermo la semana pasada y uno otro le contó que por la noche había entrado una monja, vestida de negro que sin decir palabra cruzó todo el salón hasta pararse junto a la cama del difunto.

     Cuando la semana siguiente murió otro enfermo le repitieran la misma historia … Ramirez no creía en esas cosas … era un científico …

      La verdad es que la muerte de esos enfermos fue dada como natural, motivada por las propias circunstancias de su enfermedad.





 

     Por la tarde, Miguel Siroco, director clínico del hospital reunía todo el personal.

        --- Qué pasa en la planta primera?

     Después de algunos momentos de silencio una de las enfermeras habló:

      --- Está todo normal … apenas circulan algunos relatos, fruto tal vez de mentes febriles …

      La observación crió indignación en algunos de los presentes que se dividían entre los creyentes y los escépticos …

     --- Dr. Ramirez … usted estuvo de guardia toda la noche … notó algo raro?

     --- Absolutamente nada … fue una noche tranquila … como muchas otras …

     --- Comprendéis que todo esto es mala publicidad para este hospital … hay que terminar con las habladurías urgentemente …

     Varias enfermeras miraban a Ramirez con mirada de reproche … pero a él poco le importaba eso. Estuvo trabajando casi 24 horas seguidas … era tiempo de irse a casa.

     Cuando el día siguiente volvió al hospital se dio cuenta que todos estaban un poco nerviosos.

     --- Qué ha pasado?

     --- Esta noche … la Aparecida … la vierón en uno de los pasillos.

     --- A ver … alguien ha visto algo … pero … no se precipiten …

     --- Dr …puede creer o no creer … pero hay que respectar estas cosas …

      Ramirez les volvió la espalda sin añadir nada más.




 

      Su turno nocturno será una semana más tarde.

    Esa tarde, Ramirez llegó cerca de 15 minutos antes de su hora, como era su costumbre.

   Esa vez, las miradas no eran de reproche … sino de sorpresa … en algunas enfermeras … de admiración … era necesario mucho valor para pasar la noche en esa enfermería.

   Subió las escaleras y al abrir la puerta sonrió … le habían puesta una mesa y una silla … pero la sonrisa era su reacción a una pequeña jarra con una rosa roja y una tarjeta que decía … “ Valor y garra tienes … te deseamos suerte ...”

    Los enfermos le miraron sin comprender el porqué de aquella mesa ahí … pero imperaba el silencio …

    Bajó de nuevo … comería algo antes de instalarse … encima de la mesa dejó el libro que estaba leyendo … “Los que no fuimos a la guerra” de Wenceslau Fernandez Flores.





 

    A las ocho se sentó en su “silla” … miró a su alrededor … los enfermos terminaban su cena … seguro que dentro de muy poco todo estaría tranquilo …

    La lectura resultaba muy absorbente … de cuando en cuando Ramirez levantaba la cabeza y miraba el salón casi a oscuras … todo silencioso … y volvía a su libro …

     De cuando en cuando un enfermo tosía o se movía en la cama de hierro y el sonido lo hacía mirar de nuevo … poco a poco se acostumbró a esos sonidos …





 

     Sería sobre las tres cuando un ruido diferente le llamó la atención … era algo como … el rozar de ropa cuando una mujer camina … levantó los ojos del libro … le llevó unos segundos a acostumbrarse a la penumbra que lo envolvía. 
     Se quedó paralizado … el libro cayó al suelo … ahí … bien delante de él estaba una monja … toda de negro … la cara inexpresiva … las manos blancas sobresaliendo del color del hábito … ni una palabra …

     A penas Ramirez consiguió abrir la boca …

     --- Quién eres?

     Pero la monja se llevó los dedos a la cara en una señal de silencio …

     Seguía sin poder moverse … ella le dio la espalda y se dirigió a una de las camas … la cama 33 … sus pies no parecían tocar el suelo … ahí se detuvo unos segundos … después miró de nuevo en su dirección y … simplemente … se esfumó …

    Ramirez sudaba … sentía un fuerte dolor en el brazo … casi insoportable … e repente todo pareció claro … muy claro …






 

     Despertó en una cama …

     --- Dr. Ramirez … cómo se siente?

     --- No lo sé … qué ha pasado?

    --- Lo hemos encontrado en el suelo … sin sentido … ha tenido un ataque cardíaco … ahora tiene que descansar … --- la enfermera se iba …

     --- Espere … como está el enfermo de la cama 33?

    La enfermera le miró intrigada …

    --- El enfermo de la cama 33 ha muerto … Dr. Ramirez …





                       dramatizado por jorge peres





 

      Son muchas las historias raras y enigmáticas que se cuentan del Hospital de San Lázaro.

     La leyenda de la monja de negro es la más conocida y la que más personas dicen haber visto … algunas hablan simplemente de una mujer de negro

     También hay relatos de una monja de negro que aparecía en el Hospital de las Cinco Llagas, hoy el Parlamento … y de eso hablaremos más adelante.

      La enfermería de la primera planta está cerrada hace muchos años.

    He conseguido contacto con dos personas que al día de hoy trabajan ahí … una enfermera y un auxiliar … ambos me han dicho que ver … jamas han visto nada … pero que cuando les tocaba el turno de noche escuchaban sonidos fuertes y raros … viniendo de las alas cerradas … voces sueltas y ruido de camas arrastradas por el suelo … esa planta cerrada no tiene camas …

     Puede que todavía esté por ahí la Aparecida … la monja de San Lázaro.


                       blog asesorado por LAURA G.G.



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