Entró
en su coche. Respiró profundamente. Se sentía cansado … había
sido un día de trabajo muy duro … un día más …
Su
profesión era agresiva … pero unos días eran más complicados
que otros … así era la vida en las minas …
Arrancó
suavemente y inició su viaje dirección a Sevilla … solo quería
volver a casa, con su mujer, y dormir tranquilamente.
No
podía circular muy deprisa, la carretera de la empresa minera
Soliden-Aspirsa, era peligrosa, con muchas curvas y estrecha, al
menos, hasta llegar a Aznalcollar. Después mejoraba un poco.
En cuanto circulaba por la sierra de Huelva miró el reloj de su coche …
21,45h.
Luis
(nombre ficticio), pensó en su mujer … su imagen le confortó un
poco.
Conocía
el camino y sabía que se acercaba a un cruce.
Redujo
un poco la velocidad buscando algún otro coche.
La
verdad es que avistó una luz que parecía ser de una moto.
---
Bueno --- pensó --- estas por mi izquierda, tendrás que cederme el
paso.
Pero
la luz era rara, de un blanco-azulado y no daba a sensación de
aminorar la marcha.
El
cruce estaba cada vez más cerca. La luz también.
Le
hizo rafagas de luces, pero se acercaba rápidamente.
Quitó
un poco más el pie del acelerador.
De
repente la luz entró en la carretera en su dirección.
Comprendió
que la colisión era inevitable.
Frenó
a fondo y preparó su cuerpo para el choque con aquella moto.
No
sintió nada … no escuchó nada … solo un flash enorme de luz y
colores.
Por
fin el coche se inmovilizó en medio de una nube de polvo.
profundamente durante unos segundos … tal vez minutos …
Abrió
la puerta y salió del coche temiendo lo que iba a encontrar.
Las
luces del coche se habían apagado pero la noche estaba clara.
Estaba
a finales de 2009, pero aquella noche tenía cielo limpio y la luna
estaba en su pleno fulgor.
No
había nada que ver … nadie en el suelo … ni cristales rotos …
ni ninguna moto … ninguno herido … nada …
No
podía ser … buscó marcas en la parte frontal de su coche … pero
tampoco había indicios de colisión alguna … solo un líquido que
se evaporaba cuando lo tocaba con los dedos … nada más …
Volvió
dentro … lo mejor sería volver a casa y olvidar todo aquello …
Giró
la llave … la ignición no sonó …
El
coche estaba silencioso … ni motor … ni luces … nada funcionaba
…
Buscó
su móvil … estaba apagado … pero si había hablado con su mujer
antes de iniciar el viaje … como iba a estar apagado …
Y
ahora que debía hacer … sin coche … sin teléfono … en la
noche … en medio de la nada …
Lo
intentó de nuevo …
Como
si nada el motor empezó a trabajar y las luces volvieron …
Decidió
no pensar nada más y seguir para casa.
(Relato
registrado en el blog de Pablo Ramirez, Oleada Ovni en Sevilla de 04
de febrero de 2010, dramatizado por jorge peres.)
otros blogs del autor:
No hay comentarios:
Publicar un comentario